Esta es una fórmula totalmente natural de crema de manos para el frío.
Muy adecuada para el invierno o para practicar deportes de nieve.
Precisamente por la posibilidad de encontrarnos a temperaturas bajo cero, vamos a eliminar el agua de la formulación, como todo el mundo sabe, congela a 0ºC.
Esta sería pues, una crema de manos natural para el frío sin agua, que en el lenguaje técnico de la cosmetología se denomina más correctamente cerato.
Usamos la palabra “crema” porque la apariencia externa es muy similar y para facilitar la comunicación simplemente, pero has de saber que una crema es una emulsión y una emulsión siempre lleva una parte acuosa y otra oleosa.
Una vez hecha esta pequeña aclaración técnica, vamos a lo que nos interesa, y es que el producto sea:
– Sano
– Totalmente natural
– Eficaz
De poco nos sirve un producto si es natural, pero no es sano o no hace mucho efecto…
Por lo tanto, lo que buscamos en una crema de estas características es, sobre todo, un buen efecto que se vea reflejado en:
– Protección de la piel de agentes externos agresores (frío, humedad, viento) con sustancias naturales que creen un efecto de pantalla o escudo.
– Flexibilización de la piel con sustancias naturales que impidan el resecamiento de la piel.
– Favorecer los mecanismos de regeneración propios de la piel (mediante sustancias cicatrizantes naturales)
Os proponemos la siguiente fórmula de máxima efectividad y naturalidad:
CREMA DE MANOS NATURAL PARA EL FRÍO
Oleomacerado de caléndula…………. 50 g.
Aceite de rosa mosqueta al CO2……. 20 g.
Manteca de karité……………………….. 20 g.
Cera de abeja……………………………… 7 g.
Lanolina (opcional)……………………… 2 g.
Aceite esencial de mirra………………. 2 g.

Justificación de los componentes de esta fórmula de lujo.
A continuación, detallamos porqué hemos elegido y seleccionado estos ingredientes entre muchos otros para realizar esta crema de manos natural para el frío:
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- El oleomacerado de caléndula (también llamado “oleato”, es lo mismo) es un extracto oleoso de la flor de la Calendula officinalis, que apreciamos mucho por su dulzura y efecto protector y cicatrizante para pieles delicadas y sensibles, como las de los niños, y que puede aplicarse en todo tipo de pieles.
- El aceite de rosa mosqueta al CO2 (Rosa canina) penetra muy bien en la piel, nos encanta su finura y delicadeza, superior al típico aceite obtenido por expresión de las semillas, que también es muy bueno, pero no tan elegante en su aplicación. Si no encuentras aceite/extracto al C02 puedes sustituirlo por un buen aceite de rosa mosqueta tradicional. Como sabes, lo que distingue a la rosa mosqueta pura de otros aceites es su destacable efecto regenerador y cicatrizante, excepcional y único.
- La manteca de karité (Butyrospernum parkii) es una grasa vegetal de textura sumamente agradable, que la piel absorbe muy bien y que deja un tacto muy sedoso, pero lo más importante en esta fórmula es su poder protector/cicatrizante para crear una capa que impida que los factores ambientales agredan a la piel.
- La cera de abeja, un maravilloso recurso natural empleado por el ser humano desde hace miles de años por sus propiedades cicatrizantes y en este caso, como la manteca de karité, protectoras al ayudar a crear una capa entre la piel y el ambiente exterior.
- La lanolina, es una grasa que se obtiene de la lana de las ovejas, cuando se las esquila. Un ingrediente muy humilde y poco valorado, sin embargo, extraordinario en sus propiedades de protección de la piel, por ejemplo, se emplea con mucho éxito para prevenir y solventar las dolorosas grietas en los pezones de las madres. Es un ingrediente natural, que al igual que la cera de abejas, no implica sacrificio animal.
- El aceite esencial de mirra (Commiphora myrrha), obtenido de la destilación de una resina de uso milenario y conocida por sus propiedades cicatrizantes muy potentes, lo empleamos aquí como potenciador del resto de ingredientes de la fórmula, una fórmula de lujo.
Forma de elaboración
Primero ponemos a fundir al baño María todos los ingredientes grasos: oleomacerado de caléndula + rosa mosqueta + manteca de karité + cera de abeja. La cera de abeja funde en torno a los 70° C, así que ese será el punto máximo de temperatura que necesitamos, ni más ni menos. Si usas un termómetro lo tendrás muy fácil de controlar, de lo contrario, sólo presta atención al momento en el que acaba de fundirse el último trozo de cera de abeja y ya lo retiras del fuego, el calor residual que queda es suficiente para que todo quede homogéneo a una misma temperatura.
Se mezcla muy bien y se añade la lanolina, que también derretirá a esa temperatura.
Esperamos que la temperatura baje a unos 40° C para añadir el aceite esencial de mirra.
Agitamos muy bien y dejamos enfriar la mezcla en el recipiente que hayamos elegido.
Es recomendable siempre que tanto el recipiente como todos los instrumentos que uses para la elaboración de preparados cosméticos naturales, estén muy limpios e higienizados con alcohol etílico.
Una vez enfríe el preparado, ya estará listo para aplicarse.
Conservación
Puesto que este preparado no contiene agua ni extractos acuosos no necesita conservantes para mantenerse bien. Lo único que puede ocurrir es que la parte grasa se enrancie, cosa que sucederá antes o después, pero que puede incluso demorarse varios años en ocurrir, en función del nivel de enranciamiento previo que puedan tener los diferentes ingredientes de la parte grasa del producto. Eso se valora técnicamente a través de un análisis llamado índice de peróxidos, y cada materia prima tiene uno distinto, con un límite a partir del cual se considera que el producto ya está rancio, y, por lo tanto, no es apto para uso o consumo.
Los antioxidantes naturales (vitamina E o alfa-tocoferol, extractos de romero, etc.) pueden ralentizar un poco el proceso de enranciamiento, pero antes o después inevitablemente los preparados se oxidan, es mejor hacer las cantidades que realmente se necesiten e ir rotando la producción y así hacemos innecesario el uso de antioxidantes.
Si decides poner vitamina E como antioxidante (entre un 0,5 y un 1%) para que el producto te dure más tiempo, ten en cuenta que las vitaminas se destruyen con el calor, por lo que habrías de añadirla al preparado cuando haya bajado suficientemente de temperatura (por debajo de 40°C preferentemente).
Forma de aplicación
Mira, este preparado natural puedes aplicarlo al día todas las veces que te sea necesario. Conviene sobre todo que tengas en cuenta que, al dormir, los procesos de regeneración corporales se activan, de ahí la importancia del sueño suficiente y de calidad. Así que, antes de ir a dormir, si puedes, aplica la crema para potenciar y ayudar dichos procesos de regeneración corporal.
La cantidad ha de ser suficiente para que tu piel la absorba perfectamente, no pongas de menos ni tampoco sobreengrases con cantidades muy grandes de producto que tu piel sea incapaz de absorber y se pierdan en la ropa o guantes.
También puedes aprovechar este preparado para las zonas más dañadas o resecas por el frío, como son los labios y la nariz.
Espero que disfrutes de esta crema de manos natural para el frío, y la divulgues a tu familia y amigos.
Si estás interesada en aprender más sobre cosmética natural tenemos formaciones presenciales y a distancia.
Eva Mª. Bennasar. Aromatóloga A.E.A. y Artesana Perfumista.

2 Comentarios. Dejar nuevo
Puedo sustituir la Rosa Misqueta por otro Aceite vegetal y cuál recomiendan, ya que es difícil conseguir ese aceite, o más bien no estoy segura de su calidad… Gracias 🙂
Hola Alejandra, la rosa mosqueta es insustituible. Puede haber aceites vegetales con propiedades similares, pero no conozco con su nivel de efectividad como regeneradora. No obstante, cuando no se dispone de alguna materia prima, hay que trabajar con lo que se tenga a mano. Saludos cordiales.