Tratar la Celulitis
La celulitis
es una situación corporal particular (me resisto a calificarla como “enfermedad” o “problema” salvo en casos graves) que afecta mayoritariamente a las mujeres, ya que en ellas el número de adipocitos es el doble que en los hombres.
La celulitis no es obesidad,
está localizada y puede desarrollarse en su ausencia, la obesidad afecta a todo el cuerpo y puede no presentarse con celulitis. Esto tiene una explicación biológica clara: los adipocitos son células que contienen grasa y la grasa es una reserva energética de la que “tira” el organismo en caso de necesidad; debido a que la mujer ha de amamantar y criar a los hijos, necesita mayores reservas de energía que el hombre. Por eso vemos que en la antigüedad, se representaban a las diosas de la fertilidad con formas exageradas en vientre, muslos, región lumbar y pechos, zonas que representan tanto la acumulación de celulitis como maternidad. Pero los cánones estéticos han ido cambiando a lo largo de la historia de la humanidad (puede verse muy gráficamente estudiando las figuras femeninas en el arte a lo largo de las épocas) y las figuras femeninas actuales buscan eliminar en lo posible dichas zonas. Existe una lucha encarnizada por parte de muchas mujeres en busca de la “figura ideal”, que pasa desde la dieta al empleo de productos adelgazantes en forma de geles, cremas, etc.
Este interés y necesidad, ha creado un gran mercado de productos de uso externo.
El afán de ganancias y la falta de escrúpulos, hacen que ciertos productos que bajo promesas casi milagrosas inducen al consumidor al error de considerar que su simple uso puede cambiar una situación corporal, generen grandes expectativas y pobres resultados desalentando a las personas que los emplean y de paso, obstaculizando y limitando la posibilidad de que los buenos productos –también los hay, claro- puedan ayudar a solucionar esas situaciones corporales que se desean cambiar. Es importante desdramatizar y enfocar correctamente la situación, y dado que lo que buscamos es un cambio físico, hemos de tener en cuenta que tres factores previos muy importantes para conseguirlo son:
1) La alimentación correcta y adecuada para nuestras características personales.
2) El ejercicio, que también conviene sea adecuado a nuestras posibilidades y además, ameno y divertido.
3) La actitud mental positiva.
Después de tener cubiertos estos tres puntos importantes, podemos trabajar con éxito con buenos productos anticelulíticos de uso externo, que van a potenciar y ayudar al organismo a eliminar el exceso de adipocitos y también en algunas ocasiones, el exceso de líquidos, ya que su retención también ocasiona un efecto estético indeseable.
¿Cómo podemos distinguir los buenos productos de los que no los son?
No es tarea fácil. La consabida cantinela “los productos de farmacia son los mejores”, no necesariamente refleja la realidad. Hay muchos intereses comerciales y a veces en este canal se venden productos mediocres (ello no quiere decir que sean perjudiciales, ilegales, etc.) con buena presentación y altos márgenes comerciales, a cambio de baja efectividad. Ni que decir tiene que, ciertos productos de gran consumo de venta en supermercados y grandes superficies, por sus bajos precios, difícilmente pueden contener en su formulación cantidades de activos de calidad suficientes para dar buenos resultados.
Es más fácil encontrar productos que van bien en el sector de la estética profesional, ya que estos profesionales sí necesitan y exigen productos que funcionen, aunque no siempre es oro todo lo que reluce. Realmente, si no sabemos o tenemos una aproximación de los principios activos que contiene el producto (sustancias que dan un efecto determinado, en este caso anticelulítico), y lo más difícil de saber, EN QUÉ PORCENTAJE se encuentran en el producto que vamos a usar, es imposible distinguirlos, salvo después de su uso cuando vemos que no han funcionado como esperábamos. Como fabricante cosmético, conozco un poco el sector desde adentro, y en muchas ocasiones, por cuestiones de costes, claro, los activos que se ponen en el etiquetado, especialmente los caros –que son los que mejor suelen funcionar-, van en proporciones tan bajas que no sirven para nada, el fabricante los pone sólo por marketing. Lo que sí me parece muy claro es que un buen producto anticelulítico, con activos potentes y en los porcentajes adecuados, tendrá un precio medio o medio-alto como mínimo.
Hay que buscar principios activos en la formulación que sean básicamente anticelulíticos, detoxificantes (que eliminan toxinas), drenantes (que eliminan líquidos), lipolíticos (que movilizan grasas) y desinfiltrantes (que reducen volumen) p.ej. la cafeína, fucus, hiedra, L-carnitina, yodo y silicio orgánicos; así como activos que ayuden a la piel a recobrar su tersura y elasticidad evitando su deshidratación (factor de hidratación natural) y activos naturales que ayuden a estimular y tonificar la piel (p.ej. aceite esencial de árbol del té).